sábado, 1 de enero de 2011

Opinión. Un cortadito por navidad. Paco Déniz.


Estas navidades me compraré un cortadito natural. Es todo el lujo que puedo permitirme. Tengo ropa de frío por si un día las alertas son verdad, y de verano que es la ropa vieja que ha perdido su textura y resulta fresquita fresquita.

No hay nada como una camiseta vieja de propaganda de supermercado o del Che Guevara para dormir. Yo tengo unas que son traslucidas. Tengo varias, y como un día me las metieron en las secadora se encogieron, y ahora le queda bienísimamente a mi mujer. Cuando la niña se haga grande también le servirá alguna. Por eso, estas navidades no compraré pijamas. Con un cortadito natural tengo. No hay que botar la casa por la ventana. La austeridad es la recomendación que oigo en boca de los que mandan, dicen que tenemos que ser austeros, no despilfarrar y apretarnos el cinturón. Yo creo que con varios cortaditos lograré bajarle un agujero al cinto. Así me ahorro el gimnasio. También, si camino, ahorro gasoil. Hay que ahorrar y esperar a que los grandes empresarios nos saquen de la crisis. Para eso el gobierno les ha otorgado esa confianza, además de grandes sumas de dinero de nuestros impuestos. Espero que lo gestionen bien, porque con tanto cortadito natural terminaré ahitándome un poco y, claro, con la crisis que hay, cualquiera pide un cortadito leche y leche. Es mejor esperar a que los grandes prohombres de ese maravilloso país que nos tutela llamado España, las grandes fortunas que salen por la tele y las mujeres ricas y los que viven ahí, nos señalen la senda por la que hemos de caminar. Nosotros no podemos aventurarnos por nosotros mismos, es mejor esperar a que ellos digan por dónde.
Lástima que todos no seamos austeros. La rebelión de los ayuntamientos haciendo campaña para consumir en el municipio, para que no vayamos a otro lado, iluminando, peatonalizando y musicalizándole la calle a los comerciantes, llenándosela de machangos de rojo con renos para engodar a la gente es, cuando menos, una contrariedad. Por un lado nos dicen que nos apretemos el cinto, y por el otro nos incitan a comprar todos los días. En fin, qué le vamos a hacer. Yo, como siempre he sido fiel al gobierno, esté quien esté, y para que no digan, me compraré varios cortaditos naturales diarios aunque termine provocado, compraré dos naranjas para reyes y un pan entero, a ver si así ayudamos a los empresarios a que salgan de la crisis los pobrecitos. Bueno, y como estamos en Navidad, y si veo que los empresarios siguen mal, me pensaré pedir un leche y leche. Felicidades … éste …