miércoles, 19 de enero de 2011
Opinión. Miedocracia. José Hernández.
Se quejaba hace unos días en una radio, la bloguera contrarrevolucionaria Yoani Sánchez, de la falta de libertad que existe en Cuba. Esta chica, que vive en Cuba, utiliza su blog para hacer oposición al gobierno de la isla.
Por él ha recibido multitud de premios que ya quisiesen para sí grandes profesionales del periodismo, otorgados por medios de comunicación ligados a la derecha mediática occidental, a pesar de que casi todos coinciden en señalar su escaso valor periodístico. Pero utiliza su blog para afirmar constantemente que en Cuba se persigue a todo el que hace oposición al gobierno de Raúl Castro, se les intenta aislar o se les acosa en sus trabajos. Utiliza este medio para intentar justificar una supuesta represión en el país caribeño.
De niño, recuerdo que mi padre siempre me decía que nunca me metiese en política, que la política era algo sucio y que no servía sino para ganarte enemigos y para que te sacasen todos los trapos sucios que pudieses tener, y que si no los tienes, ya se encargarían de inventárselos. Tantos años de dictadura hicieron mella en él y en mucha gente de su época. Al final, como casi siempre suele pasar, crecemos y olvidamos lo que nos aconsejaban nuestros padres, y tarde o temprano terminamos viendo que los mayores casi siempre tienen razón.
Desde bastante joven siempre me interesó la política, he intentado leer todo lo que he podido para intentar comprender el mundo que me rodea, pero nunca me había decidido a dar el paso definitivo y empezar a militar en un partido político, recuerdo haber entrado varias veces en la web de Alternativa Popular Canaria, en el apartado “afíliate”, pero nunca terminé por hacerlo. Al final, por circunstancias de la vida, terminé formando parte de una organización muy joven “Alternativa Sí se puede por Tenerife” que comenzaba su andadura allá por febrero de 2007 y que intenta aglutinar a la izquierda canaria, tantas veces desquebrajada por luchas internas, y que siempre tiene que resurgir de sus cenizas.
Después de cuatro años metido en esto, empiezo a recordar las sabias palabras de mi padre. Hace cuatro años, cuando comenzábamos y aún no éramos nadie, teníamos todas las puertas abiertas: pedías un local en el ayuntamiento de tu municipio y no había problemas… “claro que se lo dejamos a estos chicos tan simpáticos”, pero ese gusano que en su día nació, se ha convertido en mariposa y ya empieza a molestar. De unos meses para acá hemos visto cómo se nos niega el acceso a locales municipales, a pesar de que no hay ninguna ordenanza que impida conceder un local a un partido político para hacer actos culturales. Parece como si los partidos políticos fuesen los apestados de la sociedad, a pesar de que en la Constitución Española se establece que los partidos son instrumentos fundamentales para la participación política. En otras ocasiones, vemos cómo en alguna radio mienten descaradamente para intentar perjudicar a algún compañero, y que quienes lo hacen son los mismos que en teoría abogan por la unidad de la izquierda. También es frecuente que empresas publicitarias, después de haber accedido sin problemas a reservarnos una valla, se “dé cuenta” de que “no hace publicidad a partidos políticos”, a pesar de haber hecho, por ejemplo, la campaña al PP de Güímar anteriormente. Para colmo, una práctica muy habitual en el mundo de los medios de comunicación, es aceptar pagos a cambio de la publicación de un artículo de opinión, sin permitir el derecho a réplica a quienes se puedan sentir aludidos.
Casos de este tipo ya casi ni me sorprenden, a pesar de que llevo poco en esto, pero quizás lo más sangrante que he conocido en el poco tiempo que llevo, es el miedo. Es muy frecuente ver que mucha gente, a pesar de militar conmigo en el mismo partido, no quieren o no pueden salir en las fotos, o no quieren ir en listas electorales. Y uno se pregunta a qué se debe este miedo. La respuesta está en el acoso y el miedo existente en la sociedad. Un miedo impuesto por los que nos gobiernan en estas islas, que a pesar de los años, siguen ejerciendo el poder de manera caciquil, como si las islas fuesen la finca de su propiedad. Es frecuente oír a compañeros o compañeras hablar de amenazas en sus puestos de trabajo por parte de sus jefes por pertenecer a un partido que les hace oposición, o incluso a funcionarios que son acosados por tener criterios que no comparten sus superiores. El miedo es tan grande que es frecuente convocar una reunión vecinal y que los propios vecinos te digan que no asisten por si apareciese alguien del ayuntamiento y los pudiese ver hablando de política con otros que no son ellos. Con esta situación es muy difícil dar un paso al frente, y la que lo hace o el que lo hace, debe ser muy valiente y tener unas fuertes convicciones. La política en la oposición en Canarias es sólo para valientes.
¿Qué pensaría Yoani si viviese en Canarias? ¿Hablaría de dictadura? Quizás podría escribir un artículo en su blog sobre nuestra democracia, de la que tanto presumimos y que intentamos exportar a Latinoamérica. Lo malo es que por un artículo así no recibiría ningún Ortega y Gasset de periodismo… No es bueno juzgar a quien te da de comer.