lunes, 1 de marzo de 2010

Opinión. El oscuro futuro del cigarrón palmero y de otras muchas especies exclusivas de Canarias.


Se acaban de hacer públicas las enmiendas que los grupos de Coalición Canaria y Partido Popular presentarán conjuntamente en el inminente debate de la propuesta del grupo de Coalición Canaria respecto a la creación del nuevo catálogo canario de especies protegidas, que tanto está dando que hablar en los últimos tiempos. Estas enmiendas, entre otras consideraciones que comentamos más adelante, incurren de entrada en errores de bulto, como incluir al escarabajo cavernícola Oromia hephaestos como mamífero marino o a la planta Cerastium sventenii como réptil (sic).

Parece poco serio que quien no distingue una planta de un reptil o un escarabajo de un mamífero marino pretenda regular su estado de protección. Si este error sería muy grave entre nuestros alumnos, ¿qué debemos decir de quienes se supone nos representan y deben velar (según la constitución y el estatuto) por la protección de nuestro patrimonio natural?
Por lo que respecta a los invertebrados, las enmiendas degradan certeramente las dos especies más molestas: la acrostira palmera (Acrostira euphorbiae) cigarrón endémico de El Remo y Tamanca, y el arácnido Maiorerus randoi endémico de la cueva del Llano, en Villaverde (Fuerteventura), pasándolas a la nueva categoría de “especies de interés para los ecosistemas canarios”. Se trata de esa categoría tan original, única en la legislación mundial, que ampara a las especies en ella incluidas solamente cuando se encuentran dentro de un espacio ya previamente protegido, pero que da vía libre a su extinción fuera del mismo. La idea es básicamente que cuando consigan que se excluyan del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (mediante no sabemos qué tipo de negociación pero muy probablemente de corte político entre partidos, pero no técnico), no impedirán el desarrollo del campo de golf de Tamanca o de la explotación turística de la cueva majorera.
Hace año y medio la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial (Gobierno de Canarias) publicó un libro denominado “Top 100. Las 100 especies amenazadas prioritarias de gestión en la región europea biogeográfica de la Macaronesia”, que seguramente sirve en sus dependencias para calzar alguna mesa coja, como hacen con tantas otras cosas buenas hechas por los técnicos de esa Consejería, pero luego no aplicadas debidamente. En el final del prólogo de este libro el señor Francisco M. Martín León, Director General del Medio Natural del Gobierno de Canarias y Jefe de Fila del Proyecto Interreg III-B “BIONATURA”, afirma textualmente: “Este libro es fruto del trabajo conjunto de gestores de las administraciones públicas y especialistas en la biodiversidad de la Macaronesia. Confío en que esta obra constituya un referente para hacer frente común y dar a conocer, en el ámbito internacional y con criterios objetivos, cuáles son las prioridades de conservación y gestión de las especies amenazadas en los archipiélagos macaronésicos” (el resaltado en negrita es nuestro). No podemos evitar preguntarnos: ¡¿Cómo es posible que releguen Acrostira euphorbiae a especie de interés para los ecosistemas canarios, cuando está en la página 264 de este libro porque el Gobierno la consideró hace sólo un año dentro del centenar de especies con mayor grado de amenaza de la Macaronesia?!
A este respecto afirman los responsables de CC: "Así, por ejemplo, si el Cigarrón palo palmero no se contemplara ya como una especie en peligro de extinción, el catálogo canario lo pondría en la categoría de Interés para los ecosistemas canarios." (Grupo Parlamentario de Coalición Canaria, 23 Febrero 2010). Bueno, está clarísimo: tienen en el punto de mira convencer a los responsables del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas para eliminar esta especie del mismo como “En peligro de extinción”, y luego dejarla en la devaluada categoría ya comentada de "especie de interés para los ecosistemas canarios" del nuevo Catálogo Regional.
¿Por qué rebajan de categoría Acostira euphorbiae y en cambio dejan Acrostira tamarani (la acrostira grancanaria) en "vulnerable", si esta última especie es muchísimo más abundante, ocupa un área mucho mayor y vive en mayor diversidad de hábitats? Confiamos en que este alegato no sirva de argumento para rebajar de categoría a Acrostira tamarani de Gran Canaria, sino para mantener a Acrostira euphorbiae en la que estaba (en peligro de extinción), pues cumple perfectamente con los requisitos internacionalmente reconocidos para merecer esa protección: tiene poblaciones muy reducidas, está sometida a presiones actuales (tala de tabaibas de las que se alimenta) y futuras (planes de golf), ha sufrido disminución de área y de efectivos poblacionales (desaparecida de la zona de El Remo y de El Charco en 2009), y su única población de Tamanca tiene una variabilidad genética muy baja (como se reconoce en un reciente estudio científico), habitual en especies en declive. La conclusión es sencilla: en Inagua u otras localidades de la acrostira grancanaria, no hay proyectos de desarrollo pendientes de ejecutar.
Pero, por si nos sirve de consuelo por aquello de las penas compartidas, cuando digamos "adiós" a la acrostira palmera, probablemente habremos dicho también "adiós", o estaremos a punto de hacerlo, a otras especies endémicas como los caracoles Napaeus isletae, Hemicycla saulcyi y Hemicycla plicaria, por poner sólo algún ejemplo. Es interesante resaltar el desacuerdo del Proyecto de Ley de CC con la recentísima publicación del "Atlas de los Invertebrados Amenazados de España (Especies En Peligro Crítico y En Peligro)" (diciembre de 2009), documento público editado y financiado por la Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, disponible en la propia página web del Ministerio http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad/inventarios/inb/atlas_inverte_amenazados/index.htm. En dicho Atlas los caracoles endémicos de La Isleta (Gran Canaria) Hemicycla saulcyi saulcyi y Napaeus isletae (de ésta sólo se han observado dos ejemplares vivos) figuran catalogados como “en peligro de extinción”, y en cuanto el Ejército ceda definitivamente sus terrenos al Ayuntamiento de Las Palmas, pasarían a carecer de cualquier tipo de protección fuera de ciertos límites con la nueva Ley de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Tenemos muy claro que si el Gobierno de Canarias apoyara la permanencia de estas especies en el Catálogo Nacional, nadie en Madrid osaría eliminarlas y esa sería su mayor garantía de protección. Ajeno a las críticas, el portavoz de CC en el Parlamento Canario, José Miguel González, defendió el texto asegurando que "hemos conseguido nuestro objetivo primordial, y es que tendremos protección para aquellas especies que ya no cuentan con la protección nacional, además creamos una nueva categoría que sancionará a quien altere esa especie". Lo que ocurre es exactamente lo contrario, los que se autoproclaman defensores de lo canario proponen la desprotección de una fracción muy importante de nuestro patrimonio natural, a partir de ahora quedará a expensas de una decisión del Ministerio que, aunque aquí nos lo oculten, dependerá simplemente de las indicaciones que le haga el Gobierno de Canarias. Desde luego, en lo que sí estamos de acuerdo es en que habrán conseguido su objetivo primordial, que sospechamos es otro distinto al que promulgan.
Pedro Oromí, Miguel Ibáñez y José María Fernández-Palacios
Profesores de la Universidad de La Laguna