domingo, 14 de marzo de 2010

Opinión. Que cojan ellos la maleta. Paco Déniz.


También yo quiero decir algo sobre la maleta. De entrada, agradecerle al presidente que sus declaraciones den para tanta literatura, porque hay que ver la cantidad de cosas que se han dicho sobre las dichosas maletas. No cabe duda, un presidente puede ser de todo menos soso, tiene que darle vidilla a la oposición y a la creación, tiene que generar titulares.

Hay quien prefiere la rigidez institucional y el aburrimiento democrático formal, afirmando que no es propio de presidentes sublevar a las masas. Discrepo. Ahora bien, lo que resulta una disrupción histórica es apelar a la revolución por el cobro de la segunda maleta. ¡Quién ha visto eso carajo! ¡Por el amor de Dios! Pues no tenemos cosas ni nada por las que rebelarnos los canarios. Sin ir más lejos; contra Berriel que ha terminado vendiendo pájaros pintos a precio módico, contra los constructores que no cesan de chantajear a concejales con hipoteca para que les suban un balde de mezcla, contra los importadores de porquerías subvencionadas. En fin, que por razones para rebotarnos que no quede, ¡pero coño! por algo que valga la pena. Por ejemplo, contra usted mismo, por subvencionar Binter y permitirle que nos estafe cada vez que saltamos de isla. Rebélese contra usted mismo por apoyar la Universidad privada de la Orotava con la penosa situación de la escuela pública. Si usted se rebela contra todo eso, seguro que las masas disconformes le siguen. Pero por una maleta de más no creo que valga la pena hacer algaradas. Todo lo más, una queja ante el mostrador de Iberia, que es lo que usted ha terminado haciendo.
Ni el mismísimo Ibarretxe en sus mejores tiempos llamó a la rebelión euskalduna por la independencia, y usted lo hace por el segundo bulto. ¿Qué será lo próximo?, ¿coger las armas y mandar a Plasencia a restaurar los nidos ametralladores de la costa por si el enemigo nos invade por mar? Las rebeliones se hacen por cosas más serias y trascendentes. Si dejara de apuntar a los celajes y enfocara el telescopio hacia los barrancos y el bloque definitivo en que usted y sus predecesores han convertido la isla, verá el agua correr libremente en superficie y a una velocidad que te cambas hacia Santa Cruz. Contra eso daría gusto asaltar alguna Bastilla, pero ¡por la segunda maleta! No me jeringue Paulino, sólo a los colgados se les ocurre ir a la guerra por eso. Y luego se queja de los del no a todo. La gente cuerda se subleva por otras cosas. Así que, como dijo el camarada Pedro Lezcano pa’ descanse: coja usted la maleta, que yo pago la segunda, y conozco a mucha gente dispuesta a pagarle el billete de ida. ¡Será por dinero!