sábado, 26 de junio de 2010

Opinión. Mi deseo para Güímar. Gloria García.


Hoy quiero dirigirme a toda esa gente que no quiere saber de la política ni de los políticos porque piensan que todos son iguales. A esos que dicen ser apolíticos cuando se les pregunta por algún tema de actualidad, a esos que no quieren oír hablar de política, a los que las elecciones son un día de sol y playa.

A todos ellos les pediría un minuto de reflexión. ¿Qué piensan cuando compran una bombilla de bajo consumo? ¿Cuándo eligen un colegio público en lugar de uno privado? ¿Cuándo se tiene que operar y les dicen que tienen que esperar dos años en una lista de espera? ¿Cuándo sus hijos salen del colegio y tienen que invadir la calzada porque una obra que lleva meses parada está invadiendo la acera?, toda esa gente que protesta porque la sanidad es tercermundista o porque llevan meses en el paro, pero luego no quieren saber de política Deberían saber que cualquier elección que hagas es política, desde no ir a votar hasta elegir ese colegio público y que todas estas decisiones que repercuten en la vida diaria son decisiones políticas. A ellos les pediría que se impliquen en la mejora de su pueblo, que se unan a AAVV, que apoyen a cualquier organización que reivindique mejoras para su calle, su barrio para su pueblo, que no se crucen de brazos esperando que alguien le arregle sus problemas puesto que si tú no lo haces, nadie lo hará por ti. Les animaría a luchar por lo que creen que es justo, la Asociación para la defensa de los Barrancos de Güímar Saturnino García, nos ha enseñado que cosas que parecen imposibles como parar la extracción de áridos se pueden lograr y su lucha es un ejemplo para todos y todas, que podemos arreglar esas pequeñas cosas que nos dificultan la convivencia y que entre todos podemos hacer un pueblo más habitable, más nuestros, más humano.
Por otro la lado me quisiera dirigir a los que han dejado la política o se han cansado de ella al ver que aquí siempre están los mismos, que sólo cambian el partido, a los que ven que de ellos sólo se acuerdan cada cuatro años cuando les van a pedir el voto, a los que les vienen hablando de democracia y luego ven que nada cambia, los que ven que lo que les han prometido no lo se lo han cumplido, a ellos quiero decirles que democracia no es sólo ir a las urnas cada cuatro años, que democracia es participar en la toma de decisiones que nos afectan a diario, que democracia es decidir lo mejor para mi pueblo o mi barrio en cada momento y no dar un voto y que alguien decida en tu nombre que hace con él durante cuatro años, que vuelvan a activarse, que no todo está perdido. En Sí se puede no existe un presidente, en Sí se puede no existe un secretario general, en Sí se puede somos asamblearios, nuestras decisiones políticas se toman en asambleas con todos los afiliados, donde todos tenemos el mismo poder de decisión, un voto, y esto lo queremos llevar a la práctica a través de presupuestos participativos, con asambleas vecinales donde los vecinos sean quienes decidan lo que quieren para su calle, su barrio, su pueblo, esto no es imposible, ciudades como Porto Alegre en Brasil con más de 1.500.000 habitantes ya lo han hecho y han resultado un éxito. Nosotros no estamos aquí para vivir de la política, nuestros estatutos marcan un máximo de 8 años en el cargo, porque estamos aquí por vocación no por querer vivir de esto, porque queremos a nuestro pueblo y no nos gusta el rumbo que ha tomado, porque debemos cambiar el rumbo de Güímar, de Tenerife y de Canarias.
Como un día dijo el Che: “Y si se nos dijera que somos unos románticos, que somos unos idealistas inveterados, que estamos pensando en cosas imposibles y arquetipo humano, nosotros le tenemos que contestar una y mil veces que sí, que sí se puede”.