martes, 7 de diciembre de 2010

Opinión. Reflexiones sobre los resultados de la gestión del Gobierno de Canarias en Educación y Sanidad. Fidel Vazquez Benito.


Hace unos días, cuando leí en la prensa el informe del Ministerio de Educación sobre la Evaluación General de Diagnóstico, el primer informe de este tipo que se realiza en el conjunto de España, y que analiza cuatro de las competencias básicas: la lingüística, la matemática, la del conocimiento e interacción con el mundo físico y la básica social y ciudadana.

El alumnado de cuarto de Primaria en Canarias (473 en lingüística, 463 en matemáticas, 477 en ciencias y 489 en sociales) está siempre por debajo de los 500 puntos establecidos como promedio en el estudio, apareciendo en el pelotón de cola en los parámetros analizados. Esto me hizo reflexionar y pensar en el inmenso problema que, además de la que está cayendo, se nos viene encima.
Las continuas referencias que los medios de comunicación hacen sobre las Islas Canarias, basados en informes y en estadísticas bastante acreditados, normalmente nos sitúan en los puestos de cabeza de España y por consiguiente de casi toda la Comunidad Europea en numerosos campos: fracaso y abandono escolar, consumo de drogas (al nivel de los más altos del mundo), embarazos juveniles, y obesidad en general e infantil en particular, con sus terribles consecuencias (enfermedades cardiovasculares, diabetes), comparables a E.E.U.U. Somos la comunidad con más paro con porcentajes parecidos a Mauritania y Mali (2 de cada 4 jóvenes menores de 25 años en Canarias está desempleado); también estamos muy arriba en el ranking en violencia de género, denuncias por malos tratos, y uno de los más altos en delincuencia en general (medido en denuncias por habitante) además de tener las listas de espera más largas en la Seguridad Social y ser los que más incumplimos las medidas de la nueva Ley de Dependencia.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha publicado su informe de 2010 y a valoración que hace este colectivo de los servicios sanitarios públicos en Canarias es de 29, en una escala que va de 19 a 78, por la tanto la calificación es “deficiente”. La FADSP realiza desde 2004 informes anuales para poder hacer un seguimiento de las diferencias que pueden detectarse entre las distintas Comunidades Autónomas (CCAA), para evaluar posibles desigualdades. Canarias vuelve a repetir su penúltima posición, y ya son tres los años, un puesto sólo empeorado por el País Valenciano, última en el ranking de la Federación.
Recuerdo hace unos días que un titular en un periódico también cita que somos los líderes en pesticidas en sangre de Europa, por ser, evidentemente, los que más pesticidas usamos en nuestra agricultura, según el informe de Carmen Valls, médico endocrinóloga catalana, con los problemas de salud que esto nos puede acarrear.
Tras repasar todos estos datos y contrastarlos en varias fuentes, como el I.N.E. (Instituto Nacional de Estadística), me llama la atención un dato bastante significativo, que me hace analizar una virtud del pueblo canario: España es el país del mundo con más donantes de sangre y órganos, y de las comunidades españolas la que está a la cabeza es Canarias. O sea, que somos los que más donaciones de órganos hacemos del mundo. Es fácil llegar a la conclusión de que donar es sinónimo de bondad, de generosidad, de humanidad y de solidaridad. Con todos estos argumentos, me pregunto por qué una sociedad con valores morales tan altos no es capaz de trascender sus miserias y convertirse en punta de lanza de valores sociales, culturales, educacionales, sanitarios, etc. …
La respuesta, a mi parecer, es bastante sencilla y tiene nombre y apellidos. Son los políticos que nos han gobernado durante las últimas décadas los verdaderos responsables; todos estos datos sí son consecuencias de políticas partidarias e interesadas. O ¿creen que los hijos de nuestros gobernantes están incluidos en estas estadísticas? Claro que no, ellos van a colegios privados, que por cierto, sí analiza el estudio del Ministerio, sobrepasando con holgura la media mínima establecida, tienen sanidad privada que se pueden costear sin listas de espera y unos buenos polideportivos y clubes privados para hacer deporte.
Esta “clase política” (por llamarla de alguna manera) sabe perfectamente que dando una educación pública ineficiente e insuficiente y unos servicios públicos deficientes, ayudados de una impresionante máquina de manipulación mediática que mantiene el interés en la población en cuestiones banales crean una sociedad alienada, dirigida y manipulada por poderes fácticos formados por esos mismos políticos y por sus hijos bien alimentados y educados en los mejores colegios y universidades, que nacen con la seguridad de ocupar de mayores los mejores y más relevantes puestos de la sociedad canaria del futuro.
Fidel Vazquez Benito, candidato por Alternativa Sí se puede al Ayuntamiento de El Rosario