miércoles, 1 de septiembre de 2010

Opinión. Autodeterminación del Pueblo Saharaui. Manuel Marrero Morales


A finales de la canícula estival, cuando ya las serpientes de verano están moribundas y los medios de comunicación empiezan a nutrirse de la agenda de los políticos, es de agradecer que un grupo de ciudadanos y amigos, comprometidos con la solidaridad internacional, hayan producido con su manifestación en El Aaiun, que la atención de la información se centre en el territorio ocupado por Marruecos, perteneciente al Pueblo Saharahui

Más de tres décadas de incumplimientos de Marruecos, que, protegido por Francia y Estados Unidos, y con el beneplácito de los sucesivos Gobiernos de España, hace caso omiso al derecho internacional y a las resoluciones de las Naciones Unidas sobre el necesario proceso de descolonización del otrora Sáhara Occidental Español, y el derecho de autodeterminación que le asiste al Pueblo Saharaui para establecerse de forma definitva, libremente y sin tutelas, en el territorio de la República Árabe Saharui Democrática, que les pertenece.
Nos enorgullecen y tienen todo nuestro apoyo, acciones, como las llevadas a cabo por Carmen, Anselmo, Gonzalo, Ana y el resto de personas comprometidas con la causa saharaui, que han sufrido en sus carnes la represión de la policía alauita, y que representan a otros muchos miles que, en Canarias, en el Estado Español y a lo largo del planeta, seguimos demandando a Marruecos, España, y la Comunidad Internacional que se cumplan las resoluciones de la ONU al respecto y se celebre el ansiado Referendum de Autodeterminación, con garantías.
No es de recibo el trato preferente que se proporciona a la sanguinaria monarquía de Marruecos por parte de España y de la UE, mientras se pretende que caigan en el olvido las justas reivindicaciones del Pueblo Saharaui. Es intolerable el concepto de democracia homologada que se proporciona a un país y a un gobierno, que mantiene estructuras y formas de gobierno represivas y dictatoriales. El argumento de que son la frontera y el freno al integrismo islámico de Al Qaeda, a la masiva inmigración subsahariana, o de que son un aliado comercial, o lo de las políticas de buena vecindad, -que son las armas diplomáticas utilizadas por Marruecos – no son elementos suficientes para el abandono y la condena al olvido que se pretende cometer con el pueblo saharaui condenado al exilio.
Por eso, acciones como las llevadas estos días por este grupo de personas solidarias, comprometidas social y políticamente con el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui, intentan recordar a los gobiernos que esta injusticia sigue sin resolverse. Y al conjunto de la ciudadanía nos recuerda también que debemos colocar entre nuestras prioridades sociales y vitales el seguir prestando nuestra voz a las demandas de los hermanos saharauis y reclamar a los responsables políticos de nuestro país que deben también colocar con carácter prioritario en su agenda la exigencia al Gobierno de Marruecos y a sus protectores, de que debe hacerse justicia con el Pueblo Saharaui y darse cumplimiento al mandato de las Naciones Unidas: celebración de un referéndum, con garantías, y que el Pueblo Saharaui regrese a los territorios ocupados y pueda ejercer su derecho a la audeterminación y a vivir en paz y prosperidad.