sábado, 25 de septiembre de 2010

Opinión. La Huelga General es el Lobby del pueblo. Juanjo Triana.


Voy a contribuir con la cantidad de 151,63 euros para actividades en favor del bien común promovidas por el lobby que defiende mis intereses. Es la cantidad que calculo que me descontarán de mi nómina por ir a la huelga general el próximo 29 de septiembre, obtenida de dividir mis ingresos netos anuales entre los 244 días días laborables que tiene el año (365 días naturales menos 104 sábados o domingos menos 17 festivos). Esta cantidad supone el 0,41% de mis ingresos anuales, o el 5,8% de la nómina de octubre, porque me la descontarán de una sóla vez en la nómina del mes siguiente.

Todo asalariado que haga huelga ese día estará contribuyendo con el 0,41% de sus ingresos anuales para los gastos de su lobby, entendiendo por lobby la definición comunmente aceptada: “grupo de personas que intentan influir en las decisiones del poder ejecutivo o legislativo en favor de determinados intereses”.
Es normal que a todo asalariado le parezca excesiva cualquier cantidad que se le descuente de su salario, por mínima que sea. No parece tan fuera de lugar si tenemos en cuenta que cualquier empresa, sea grande, mediana o pequeña, dedica usalmente mucho más del 0,41% de sus beneficios a fundaciones, cuotas para la cámara de comercio, obras pías, donativos, patrocinios, apadrinamientos, think tanks, obra social, publicidad institucional, aportaciones para festejos o eventos deportivos, etc; es decir, a gastos que redundarán en que las autoridades y/o la opinión pública tengan mejor imagen de esa rama de la actividad económica y sean más proclives a favorecer esos intereses a la hora de tomar decisiones.
A los asalariados un día de huelga general nos cuesta el 0,41% de nuestros ingresos pero es un gasto necesario porque no tenemos otra manera de presionar, si queremos hacer algo de lobby. Las empresas pueden elegir en función de sus devociones particulares a qué santo le dedican sus obras pías. Nosotros no podemos elegir el destino de este día de salario que se ahorran los empleadores. Los empleados públicos simplemente estaremos contribuyendo a que disminuya en algunas décimas el déficit público, los del sector privado le darán un pequeño respiro a su empresa, suponiendo que estuviera muy endeudada. Su efecto sobre el PIB será ligeramente negativo, porque los asalariados somos también consumidores y nuestra capacidad de gasto se reducirá en ese 0,41%. Un retraso de un día en la producción puede recuperarse fácilmente, siempre que no dure mucho más... Nuestra aportación es desde luego completamente transparente, puede calcularse hasta el último céntimo; no puede decirse lo mismo de los lobbies de las empresas.
Los lobbies le recuerdan constantemente a las autoridades los importantes que son para la marcha del país las empresas de su sector. Los asalariados con esta huelga (que no tiene grandes consecuencias porque sólo dura un día) le recuerdan al poder que si se pusieran en huelga general en serio, indefinidamente y sin servicios mínimos, pocas semanas o días podría aguantar. La huelga general en serio no puede hacerse más que en circunstancias históricas excepcionales que rara vez se dan, pero nunca es descartable del todo. Para que no lo olviden.
Los grandes intereses corporativos son intereses a escala mundial, y por eso hay lobbys mundiales, tales como la trilateral, el club Bilderberg, etc. Contra las teorías conspiranoicas tan en boga, no creo que sean un poder mundial en la sombra: simplemente son lobbies. Esta huelga es mundial porque el adversario es también mundial. Me parece de una miopía descomunal que los sindicatos mayoritarios en España hayan obviado esa circunstancia en su convocatoria, o que incluso en Canarias algún sindicato nacional insista en que es una huelga general nacional canaria y la covoque por su cuenta. Un sindicato corporativista y retrógrado de funcionarios españoles se ha desmarcado de la huelga precísamente por su carácter internacional y “porque contiene un gran componente político”.
Prometo que en los días posteriores a la huelga recuperaré el tiempo perdido, de forma que en los expedientes que llevo no se note ese retraso de un día.