jueves, 25 de febrero de 2010
Alternativa Sí se puede por Tenerife se solidariza con el pueblo de Madeira y pide más medios para la prevención de desastres naturales.
Ante la grave tragedia acaecida estos días en la hermana isla de Madeira, que ha costado la vida a medio centenar personas y ha ocasionado gravísimos problemas a casi toda la población, y con la certeza de que los mismo hechos pudieron haber ocurrido en cualquier isla canaria, Alternativa Sí se puede por Tenerife manifiesta su plena solidaridad con el pueblo de Madeira.
A su vez esta formación política, expresa la necesidad de disponer, no solo en Madeira, sino en todos los archipiélagos del entorno macaronésico (Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde), de un plan de emergencias apropiado a las características insulares del territorio y al creciente aumento de la vulnerabilidad debida al crecimiento demográfico, y sobre todo, a las malas prácticas territoriales de los últimos años, como también hemos tenido ocasión de comprobar en Canarias muy recientemente, y de forma más trágica en marzo de 2002.
La elaboración de planes de emergencias ante desastres climáticos y naturales en general (a menudo inducidos por los humanos) se debe traducir, paralelamente, en incrementar y mejorar los servicios de protección civil y en mantener los barrancos lo más despejados posibles y libres de viviendas y urbanizaciones, ya que éstos siempre han servido como corredores para las avenidas de agua.
Si bien en el pasado los habitantes de estos archipiélagos, con gran acierto y previsión, solo construían en los lomos y en lugares elevados sobre los barrancos, en las últimas décadas parece que se ha perdido este importante saber popular y la propia memoria histórica. Ello se ha traducido, en ocasiones, en un exceso de construcciones y obras públicas en los cauces de los barrancos o “ribeiras” (como se les denomina en el resto de las islas de nuestro entorno), y un consiguiente riesgo creciente para la población ante eventos meteorológicos como los acaecidos en los últimos años. Por todo ello, se hace necesario incidir más en la prevención, ya que, al menos en parte, los efectos negativos de los temporales de agua pueden ser mitigados o atenuados mediante planes de prevención de riesgos climáticos, muy escasamente desarrollados en el ámbito de la Macaronesia, hasta el momento.