viernes, 25 de diciembre de 2009

Opinión. Copenhague: si el clima fuese un banco. José Hernández Martín.


Hugo Chávez dijo en la fracasada cumbre de Copenhague, que si el clima fuese un banco ya lo habrían salvado. El discurso del líder bolivariano fue de los de guardar en vídeo y poner en las escuelas para que sepan cuál es la situación del mundo en la actualidad. Se puede decir más alto, pero nunca más claro.
La imagen de Chávez en Europa y sobre todo en el Estado español, siempre va seguida de un comentario sarcástico o precedida de la palabra “dictador”. El verdadero Hugo Chávez, el que se vio en Copenhague, se intenta ocultar. Su discurso ante los líderes mundiales, en boca de cualquier otro político, hubiese sido portada de todos los telediarios, pero en la del líder venezolano fue silenciado y ocultado.

Acusaba el presidente bolivariano a los ricos de estar destruyendo el planeta, y se preguntaba si tendrían planes para irse a otro planeta. Esa misma pregunta nos la podríamos hacer en Canarias. Aquí, nuestros políticos dirigentes, están destruyendo las islas a base de cemento y asfalto y cuando esto se acabe no se irán a otro planeta, sino que, junto a constructores e inversionistas, se irán a montar el negocio en otros países como Cabo Verde, Senegal o Guinea Ecuatorial.
Frente al Cambio Climático la estrategia del Gobierno de Canarias es suplicar que a las Islas se les exima del cumplimiento de las normativas sobre emisiones de GEI, ya que estamos tan aislados del resto de países desarrollados que podemos caer en la evidencia de nuestra insularidad. Así tendríamos que diversificar nuestra economía e impulsar al sector primario, cosa harto imposible si depende de unos intereses tan grandes, y de una voluntad tan limitada.
CC disfraza su desinterés por los males del clima creando una agencia específica, en la que primero colocó a Faustino García Márquez para ganar credibilidad y cuando éste dimitió, herido por la puñalada que supuso la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes, colocaron a su frente a Jorge Bonnet, un sumiso y aventajado discípulo de Domingo Berriel.
Francisco Ela Abeme, líder de la oposición al sátrapa Teodoro Obiang, pedía en las páginas de ‘La Opinión’, que los empresarios Canarios que se asentasen en Guinea Ecuatorial realizasen obras sociales, contratasen a trabajadores capacitados, y exigiesen buenas vías de comunicación, hospitales, colegios y unas condiciones de vida dignas para sus empleados locales. La ingenuidad de Abeme no tiene fronteras, o desconoce cómo se las gastan los empresarios canarios, donde tenemos la mayor precariedad laboral, la mayor tasa de paro y los sueldos más bajos del Estado español, situación que le esperaría a su país en manos de esta gente.
Ya lo decía la pancarta que portaba antes de ser detenido Juan López de Uralde, presidente de Greenpeace en España, “los políticos hablan, los líderes actúan”.