miércoles, 28 de abril de 2010

Opinión. Piba con pañuelo. Paco Déniz.


Es curioso que mientras a algunas muchachas no las dejan ponerse un pañuelo en la cabeza, a otras se las deje ir al instituto como la novia de Tarzán. Según parece, lo democrático y republicano consiste en exponer al público la ropa interior y los atributos sexuales, como si de un reboso laico se tratara.

Probablemente, alguna clase media ha pensado que a las mujeres musulmanas hay que liberarlas modificándoles su atuendo, en vez de dejar de enviarles soldados en “misión humanitaria”. Se creen con el derecho y legitimidad de enseñarles a las mujeres árabes, incluso a las guerrilleras, que para liberarse hay que cambiar de ropa y de religión. Es reaccionario andar toda llena de trapos y no airear el cabello. Tienes que sentirte atractiva y libre por que tú lo vales; excepción hecha a las monjas y a mi abuela, a la que nunca le vi el pelucón.
Menos sombreros canarios, el piberío lleva tocados y rejos de todo tipo, zarcillos de colorines en lugares que ni los piratas se atrevieron, calzoncillos por fuera, bragas y tetas al aire, porque hay libertad y postmodernidad. A mí plin; si la postmodernidad asume el relativismo total en la moda, pues nada, así sea. Pero si a una piba le entra la vena religiosa musulmana, o la vena cultural arabista y quiere vestirse como sus abuelas y madres ¿con qué legitimidad democrática se lo impedimos?, si la libertad religiosa está reconocida. ¿Es que acaso lo laico se mide por la cantidad de ropa que llevas encima? Pues bien, mientras toda esa estética post-cualquier cosa desfila por las calles, quieren que yo me preocupe porque una piba lleve un pañuelo en la cabeza al colegio ¡Vete por ahí! Empiecen por las monjas, prohíban la horterada de los trajes de primera y última comunión, ¡y el de la boda!, que da hasta pena. Cutre, cutre, cutre. Y mira que han intentado modernizar el asunto, pero no hay nada que hacer. Aunque le pongan un escote palabra de honor, el traje de la primera comunión no hay por donde cogerlo.
De todas formas, si alguien quiere hablar de laicismo y república, hablemos. ¿Qué les parece la suspensión de los acuerdos con el Vaticano, y la obsoleta manutención de Iglesia y la monarquía como primeros puntos del orden del día? Cuando terminemos, podríamos retomar el asuntillo del pañuelo de la pibita y la prohibición del alzacuello y el atuendo de las monjas por los pasillos del colegio concertado de la inmaculada concepción de la ascensión de la blanca paloma de la pureza de Jesús.