jueves, 18 de junio de 2009

Sí se puede considera un triunfo democrático la resolución del TSJC contra el puerto de Granadilla

La formación alternativa reitera que Domingo Berriel debe dimitir.
Alternativa Sí se puede por Tenerife manifiesta su extraordinaria satisfacción por la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que deniega el recurso de súplica (presentado por la Autoridad Portuaria y demás promotores del puerto de Granadilla) en contra de la paralización cautelar de las obras de ese muelle. Para la formación ecologista de izquierdas, se trata de un triunfo democrático de todo el movimiento ciudadano de Canarias, que ha venido aportando argumentos de manera reiterada durante más de un lustro, apoyándolas en acciones cívicas contundentes que ponen a las claras el sentimiento mayoritario del pueblo de Tenerife en contra de dicha megainfraestructura.

El texto de la resolución judicial constituye, para este emergente movimiento sociopolítico, un espaldarazo a los planteamientos expresados con rigor por la comunidad científica, que advertían de la importancia estratégica del Sebadal de Granadilla y del grave impacto ecológico que hubiera provocado la construcción del muelle.
Sí se puede reitera su petición de que Domingo Berriel debe dimitir de forma inmediata o, en su caso, ser cesado por el jefe del gabinete autonómico. Esa petición ya fue solicitada cuando se conoció que el responsable de Política Territorial del Gobierno de Canarias planteó la descatalogación de los sebadales, en contra de todos los informes del personal técnico de su consejería. La nueva resolución judicial pone de manifiesto, una vez más, la incapacidad y la falta de criterio técnico y político de Berriel para gestionar el medio ambiente canario.
Por último, Alternativa Sí se puede considera que la decisión del TSJC constituye una oportunidad y una llamada a la reflexión de toda la sociedad y, de manera particular, de sus mandatarios políticos. Una oportunidad para iniciar un giro en el modelo de desarrollo de Canarias que nos ha llevado a la grave crisis actual. Y una reflexión en el sentido de que obras nocivas en lo ambiental, técnicamente inútiles y derrochadoras de recursos públicos como el puerto de Granadilla deben abandonarse de manera definitiva. Los fondos previstos para esta clase de disparates deben reorientarse a otro tipo de inversiones de mucho mayor interés colectivo, y que multiplican varias veces el número de puestos de trabajo creados: redes de alcantarillado, depuradoras, equipamientos sociales y culturales, desarrollo de las energías renovables y un largo etcétera.