miércoles, 25 de agosto de 2010

Opinión. Cuando los políticos son el problema. José Hernández.


El último barómetro del CIS de julio de 2010 vuelve a revelar que para la ciudadanía del Estado Español, después del paro y de la situación económica, el principal problema que existe es la clase política y los partidos políticos. No es la primera vez que se refleja en una encuesta que la gente ha terminado pensando que lo políticos son el problema y no la solución, lo que hace cada vez sea más preocupante el hecho.

La continua crispación desencadenada por los dos grandes partidos a nivel estatal, por un lado el del gobierno que no aporta soluciones a la crisis y la oposición que no aporta alternativas, unido a los continuos casos de corrupción y abuso de poder por ambos partidos, cada vez hacen más mella en la ciudadanía que ve como entre las principales preocupaciones de estos políticos no está el arreglar los problemas sino mantener, o llegar al poder a cualquier precio. No existe ningún político que se acerque al cuatro como media de valoración, lo que deja latente el descrédito de la actual clase política.
Evidentemente, la preocupación de la población tiene su lógica, si nos paramos a analizar la situación de bipartidismo que, realmente no es que exista como tal, pues en las elecciones se ofrece un número cada vez mayor de siglas, sobre todo a la izquierda del PSOE.
Con esto quiero señalar el crucial papel que cumplen los medios de comunicación en esta percepción de la política. Unos medios cada vez más precarizados económicamente, a la vez que vendidos a quienes les pueden financiar con una propaganda institucional que la mayoría de las veces se expone como noticia.
En todos los principales medios de comunicación no salen regularmente sino las declaraciones del PSOE y el PP estatal, hagan lo que hagan. Muy de cuando en cuando sale algo de lo que diga Izquierda Unida, y casi nunca nada de lo que hace la izquierda nacionalista, sobre todo cuando se trata de actos de contenido social, muchas veces con programas avanzados que ponen en cuestión las políticas de otras Comunidades Autónomas. Realmente, lo único que se publica sobre esta izquierda soberanista son sus reivindicaciones nacionales, de las que se conoce que despiertan cierta crispación en una buena parte del centralismo español.
Si miramos a Canarias, vemos que la cosa pinta igual de mal que en el resto del estado o en algunos casos incluso peor. Según un estudio del Consejo Económico y Social de Canarias, los encuestados y encuestadas dan una nota de un 3,22 a la gestión política del gobierno formado por CC-PP y un 3,05 a la labor del PSOE en la oposición. También es importante destacar que el 49,7% de los canarios y canarias consideran que la gestión del Gobierno Canario, es mala, un 34,7% regular y sólo un 5% cree que es buena.
Resulta curioso comprobar como un 13,1% de los encuestados se declara simpatizante del PP y un 7,2% de CC, con estos datos, vemos como tres cuartas parte de los partidarios de estos partidos consideran la gestión llevada a cabo por ambos como regular o mala. Con estos resultados, vemos como la credibilidad política en Canarias empieza a ser preocupante. Los canarios suspenden claramente la gestión del CC-PP en el gobierno, pero parece claro que las políticas de confusión y de contradicciones empiezan a pasar factura y peor parado queda el PSOE que tiene una peor nota aún que los anteriores.
El descrédito en la actual clase política canaria, salpicada por casos de corrupción, espectáculos bochornosos como los de Esther Sarraute y su confusión con las ONGs, Hilario Rodríguez y sus amenazas a un vecino con darle un “tonicazo”, el más reciente de Rita Martín y su desliz confundiendo la familia Sall con la sal común y un largo etcétera, hacen que la política sea mirada por los ciudadanos más como un problema que como el medio para solucionar sus problemas.
Para colmo, aquí en Canarias prima una censura en la prensa aún mayor que en el resto del estado hacia las alternativas electorales de izquierda ecologista.
Así, es normal que la gente piense en partidos políticos y le venga a la cabeza lo único que hay todos los días en prensa: los poderosos, adinerados y muy influyentes PP, CC y PSOE, y no sepa, por ejemplo, quiénes son Roque Aguayro, que llevan gobernando en Agüimes desde 1979, aplicando una política social y ambiental de lo más interesante de Canarias, pero que no han dispuesto grandes fondos destinados a comprar a editores, redactores y dueños de medios de comunicación.
Según una de las muchas definiciones que hay, la política es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Hoy lo de gobernar en beneficio de la sociedad no se está cumpliendo, más bien se cumple el beneficio de unos cuantos que financian los partidos en el poder. Por eso, es cada vez más necesario mirar hacia otros partidos, otras formas de ver la política. Lejos de los partidos tradicionales, existen muchas personas que siguen pensando que la política es un servicio a los ciudadanos, que trabajan con los vecinos ayudándoles desinteresadamente a resolver sus problemas diarios, que consideran que no todo vale para llegar al poder, que las cosas se pueden hacer de otra manera. Hoy más que nunca es necesaria una regeneración política, y ésta no la ofrecen los tres “grandes” partidos. Quienes militamos en una fuerza alternativa, progresista y ecologista, sabemos de lo que hablamos. Y también sabemos que las políticas y políticos pueden ser honrados, trabajadores, y muy entregados al fin último de la política.