La iniciativa parte del Comité Local de Sí se puede en El Rosario y se enmarca en las acciones para promover la recuperación de la “memoria histórica”
Para el Comité local de El Rosario de Alternativa sí se puede por Tenerife, con la entrada en vigor de la Ley 52/2007, deviene ahora la obligación jurídica de eliminar de una vez por todas tales elementos, si todavía los hubiere, de los lugares citados, por lo que consideran inexplicable la permanencia del monumento erigido en Las Raíces, zona habitual de esparcimiento de muchos tinerfeños, para conmemorar el acto de sedición protagonizado en 1936 por los militares encabezados por Francisco Franco.
Tras un largo proceso de tramitación y debate democrático, las Cortes Españolas aprobaron la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, comúnmente conocida como Ley de la Memoria Histórica. Esta ley establece, en su artículo 15.1, que “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas.”
Adelantándose a la tramitación y aprobación de esta norma, numerosos ayuntamientos han venido procediendo en los últimos años a la paulatina retirada de los vestigios materiales de carácter simbólico vinculados con la dictadura franquista de vías, edificios y espacios públicos.
José María Fernández Palacios, portavoz de la formación de izquierda en El Rosario, manifestó que, tras 25 años al frente de la Corporación municipal sin haber actuado al respecto, es hora de que el alcalde del PSOE, Macario Benítez Gil, dé muestras de coherencia democrática y proceda a la eliminación, de una vez por todas, de este vergonzoso vestigio de la Dictadura, dando con ello cumplimiento al mandato legal.