Cuando en ningún momento los afectados por la injusta orden de derribo del poblado marinero hicieron uso de la violencia, el Estado español hizo gala de un desproporcionado despliegue de fuerzas policiales, más propio de tiempos pasados, para imponerse con autoritarismo ante quienes sólo defendían su dignidad

La organización política de izquierda y ecologista denuncia que, el Estado español, con el pretexto de hacer cumplir la Ley de Costas, ha intentado doblegar a un colectivo vecinal que lleva varios años en lucha para evitar la demolición de unas viviendas, construidas muchos años antes de que esa ley entrase en vigor y ha utilizado esta actuación de fuerza con los débiles como un aviso para otros muchos colectivos vecinales que en nuestras islas se encuentran en lucha por la defensa de su tierra y en contra de un modelo de desarrollo puramente especulativo.

Para los responsables de Sí se puede, es absolutamente intolerable que El Estado español interprete que el poblado marinero de Cho Vito invade el espacio marítimo terrestre, mientras que hace la vista gorda ante una gran cantidad de urbanizaciones turísticas y todo tipo de construcciones recientes a lo largo de todo la costa de Canarias, como por ejemplo ocurre en buena parte del litoral del municipio de Candelaria, en las Teresitas, en varios hoteles de Lanzarote, en la costa del municipio de El Rosario…, a las que no se les aplica la Ley de Costas con el mismo rasero que a los vecinos de Cho Vito.

Para los portavoces de Sí se puede, estamos ante un claro ejemplo de cómo el Estado se muestra fuerte con los débiles y débil con los fuertes y se reafirman en que la demolición de Cho Vito responde a un modelo económico depredador del territorio y basado en la especulación urbanística.

Desde Sí se puede por Tenerife se felicita a los vecinos y vecinas de Cho Vito por el comportamiento cívico, el ejemplo de dignidad y de resistencia que han demostrado y por mantener una desigual lucha de la que de ningún modo se pueden sentir derrotados.