Estimado Domingo:
Imaginará como me habrá sentado la noticia. Pienso en usted constantemente desde que me descatalogaron, trato de olvidar pero no puedo. Pertenecía a uno de esos catálogos de especies naturales destinado a protegernos de posibles agresiones, concretamente figuraba en la categoría "Sensible a la alteración de su hábitat". El año que me incluyeron en el listado tuve una sensación agridulce; por un lado me sentí orgulloso de ser sebadal, pero por otro me asustó la vulnerabilidad (es duro enfrentarse a una posible desaparición). Son demasiadas las generaciones que me preceden, demasiadas anécdotas..., para que en menos de nada dejemos de existir. Yo procuro ser cauteloso y soplar cuando vienen las aguas sucias. Pero lo estoy pasando mal, cada vez hay menos peces y es brutal el peso de los emisarios, los plásticos y los combustibles. A pesar de todo subsisto, si usted supiera toda la savia que aún queda aquí abajo hablaría distinto en la tele.
Me encantaría que un día se asomase al fondo, que viniera a mi casa y viera los nidos: lugares mágicos de nacimientos marinos. Sé que soy un simple sebadal sin linaje, pero pertenezco a un hábitat valioso. Es cierto que muchos no lo ven, que hablan de mí como si fuera un "césped" sin importancia. Usted mismo me ha desprestigiado en su discurso y sus palabras me descomponen, me entristecen, me hacen cambiar de color (me vuelvo amarillo). Comenta usted "que no tengo la densidad adecuada, que estoy deteriorado, que como planta en sí no tengo valor, que no soy digno de protección" Pero ¿No fueron ustedes los que dijeron que era importante? ¿Qué debía estar protegido? Si mi voz no es suficiente, le pido por favor que lea el informe de la ONU donde se destaca el favor que hace nuestra especie al ecosistema, que evitamos el cambio climático… Sería bonito que se acercara a mí y que al final sobreviviéramos. Le pido por favor que piense en nosotros e incluso en usted, seguramente caería mejor a todos si me defendiera. Atentamente,
Un sebadal herido.
Yaiza Afonso, miembro de Alternativa Sí se puede por Tenerife.
Este escrito fue uno de los leídos al finalizar la cadena humana contra la descatalogación del pasado 28 de noviembre.