domingo, 20 de septiembre de 2009
Entrevista.Fernando Sabaté: ´Predominan modelos foráneos que no digerimos democráticamente´
Fernando Sabaté enlaza la cultura con la antropología para realizar su análisis de la realidad artística de Canarias. "Carecemos de un planteamiento mucho más crítico a la hora de ajustar las tecnologías, las formas de organización colectiva y todos los demás fenómenos sociales a nuestro territorio y sociedad", afirma.
ERICK CANINO | SANTA CRUZ DE TENERIFE El miembro de la coordinadora insular de Alternativa Sí Se Puede analiza desde la antropología las cultura y costumbres de la sociedad canaria. Y es claro: "Nos ha faltado un metabolismo democrático para asimilar los modelos foráneos que hemos idos incorporando".
Defina el concepto de cultura.
-Una vez leí que un grupo de investigadores anglosajones habían encontrado 164 acepciones del concepto del cultura. Ahí entra desde lo más clásico, como las manifestaciones artísticas de la ´alta cultura´, hasta conceptos tan restrictivos, como pueden ser la llamada cultura del piercing, o la del surf por poner dos ejemplos. La definición de cultura que me interesa es el conjunto de procesos, conocimientos, prácticas, formas de organización y cooperación social que, de forma dinámica, hacen posible a los seres humanos sobrevivir con dignidad en diferentes situaciones ecológicas y sociales concretas. Este concepto permite englobar a las grandes mayorías, a todos los estilos de vida del mundo.
-¿Qué visión panorámica tiene de la cultura en Canarias?
-En Canarias existió una población que aprendió a vivir en un territorio determinado durante siglos, tal vez unos pocos milenios. Desarrolló una coevolución entre el territorio y las personas. De esa forma construyó una de las formas de vivir que enriquecen la cultura universal. Lo que ha sucedido en el periodo reciente, si contamos desde 40 años atrás, es que a Canarias nos llegó una manera de vivir mucho más acelerada que en el pasado, un conjunto de cambios vinculados al proceso de modernización industrial, que a nosotros nos llega de una forma muy tardía y de la mano del turismo. Hemos ido incorporando de forma acrítica y si haberlo metabolizado lo suficiente. Sin mitificar lo que pudo ser la cultura rural canaria, sí es cierto que aquel modelo estaba integrado con las condiciones del entorno local. Hoy, lo que domina en Canarias son modelos foráneos que se adaptan o no a lo que tenemos aquí y que en general no somos capaces de procesar democráticamente por el metabolismo colectivo, de digerirlo entre todos de forma correcta.
-¿Los modelos foráneos se implantan de manera excluyente?
-En general esos modelos están concebidos para territorios continentales o espacios de una gran escala y se acomodan frecuentemente mal cuando lo reproducimos miméticamente en espacios reducidos como el nuestro, que no deja de ser un territorio muy complejo si atendemos a casi cualquier variable social o ecológicas. No pretendo defender ningún tipo de aislamiento, sino un planteamiento mucho más crítico a la hora de ajustar las tecnologías, las formas de organización colectiva y todos los demás fenómenos sociales a nuestro territorio y sociedad.
-¿Estamos en la misma encrucijada si hablamos de la cultura desde su vertiente creativa?
-Probablemente sí. Creo que atravesamos una etapa, prolongada en el tiempo, de confusión. Por un lado, se vive una tendencia a frenar a determinadas expresiones culturales del pasado, que se consideran de alguna manera desfasadas, como el folclore. Pero hay dificultades para desarrollar producciones culturales que beban en la tradición para seguir proyectándose hacia el presente. Al tiempo, Canarias se ha incorporado al itinerario de la cultura del espectáculo mundial, pero no se salvan las dificultades para que los creadores canarios se inserten en esa tendencia. Ahora hay muchas dificultades para que los artistas isleños hagan lo que sí pudieron hacer en otras épocas, con mucho esfuerzo, artistas como los Millares o César Manrique, que bebieron en toda la tradición cultural de su lugar de origen y la proyectaron hacia adelante. Ahora no se dan las condiciones más adecuadas para que esto se pueda seguir llevando a cabo.
-¿Hablamos entonces de un retroceso?
-Más que un retroceso, yo hablaría de un bloqueo.
-¿Faltan permanencias? ¿Menos cultura de consumo y más oferta participativa, que generen costumbres y sinergias?
-Creo que sí. Los espectáculos ocasionales, los grandes montajes, las actividades puntuales es lo que predomina ahora (aunque existen algunas dignas excepciones). Y este modelo genera una separación muy potente, mayor a la que ya había, entre creadores y receptores pasivos, no facilita la participación cultural. Lo más importante, más que los grandes eventos, es generar las oportunidades para que un grupo amplio de la población, a ser posible la inmensa mayoría, pueda ser partícipe de los actos de creación cultural en primera persona.
-Si se pudiera expresar a través de un arte (música, pintura, literatura...), ¿cuál escogería?
-La que me queda más cerca es la literatura, tanto en su versión escrita como en el plano de la comunicación oral.
El retrato
-¿Tiene algún tipo de lectura definida?
-Soy un devorador de libros de diferentes temáticas, pero sí es cierto que me interesan mucho los libros de historia y los de temática canaria con un sentido trasversal.
-¿Y música?
-Sobre todo las músicas de raíz, la clásica, y el pop-rock de los años 60 y 70.
-¿Cuál es el último acto cultural al que ha acudido?
-Hoy mismo (martes), acabo de salir de una conferencia sobre geografía y física.
-Cite el mejor recuerdo que tenga de un concierto.
-Un concierto de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en la plaza de toros de Santa Cruz.
-¿Una sala de cine o una película en casa?
-Una sala de cine.
-Si pudiera, ¿qué acto programaría mañana mismo?
-Un concierto de Taburiente con toda la dignidad que se merece ese grupo.
-¿Y cuál suprimiría?
-Ninguno, por más que a mí me desagradara.
Entrevista y foto: LaOpiniondeTenerife